El coleccionista de obsesiones. Bernardi
Roig
Museo Lázaro Galdiano
20 enero/ 20 mayo
Patricia Romero Pérez
El Museo
Lázaro Galdiano abre al completo las puertas de sus salas, desde el 25 de
enero, para mostrarnos las obras del artista Bernardi Roig. La exposición “El
coleccionista de obsesiones” será comisariada por el gran especialista en
teoría del arte José Jiménez.
Este artista tan imaginario,
Bernardi Roig, nos presenta diecisiete de sus obras en los espacios del museo
que incluyen: dibujos, esculturas, imágenes e instalaciones de vídeo donde el
propio artista se convierte en el protagonista de su película. El punto de
partida de su trabajo en esta exposición es el tema de la lucha con el tiempo,
de la memoria, pero sobre todo de la idea del artista como propio
coleccionista. El artista ha redescubierto que es un coleccionista pero no de
piezas sino un coleccionista de imágenes, de recuerdos, de emociones y de
sentimientos que plasma en sus obras. Por eso el artista es un coleccionista de
obsesiones, unas obsesiones fruto del transcurso de su vida que se van
plasmando en cada una de sus obras. Se trata de una obsesión por ir
coleccionando una serie de elementos propios obsesivos del artista y
convertirlos en obras artísticas. Y este tema queda expuesto a
través de sus obras, unas esculturas muy características a escala real, blancas
y pulidas, de gran expresividad que tienen las cualidades de un espejo, atrapan
y deforman nuestra imagen y nos adentran en el otro lado de una escena teatral.
El artista intenta hacer ver, aunque sea para contemplar la ausencia por medio
de figuras que son materias de ficción.
Se trata de una exposición muy
innovadora no sólo por la expresividad y sublimidad que caracterizan a sus
esculturas sino también por la invasión del espacio. Los “protagonistas” de sus
obras tienen una fuerte presencia dentro del espacio en el que se sitúa, llenan
el espacio, se mueven en él como si fuera un escenario. Mientras que el
espectador debe situarse en el margen buscando un lugar desde el que
contemplamos las obras y reflexionamos sobre nuestros comportamientos. Para
nuestro artista la introducción de sus obras blancas y neutras deben situarse
en un escenario con una narrativa inventada ante un público, es decir, ante un
escenario donde se representan unos hechos que contemplamos pasar y que los
introducimos en el transcurrir de nuestras vidas. Las obras recorren por
primera vez gran parte de las zonas del museo, tanto en las zonas exteriores
como el jardín, hasta los sótanos y las salas que normalmente están cerradas al
público. Sus obras generan un diálogo con el espacio, se insertan en él
adaptándose a la arquitectura y a sus características, a sus elementos,
sobrepasando los límites del espacio hasta llegar a lo más alto de un árbol
para exponer sus obras. Una buena
combinación de escenario y elementos que crean una unidad narrativa donde se
juega con la obra y los elementos que la rodean, y donde los espectadores se
convierten ahora en los propios creadores activos del relato.
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