sábado, 2 de marzo de 2013

el poder de la música


Pop Politics: Activismos a 33 Revoluciones
Centro de Arte 2 de Mayo. Móstoles.
            
             Antes de hablar de la exposición Pop Politics hablemos del comisario Iván López Munuera, para entender el fin o el porqué de esta realización.
            Nacido en Madrid, en 1980, es crítico y comisario independiente; explora la inscripción del arte contemporáneo y de la arquitectura en el contexto crítico de las ciencias sociales y en los estudios de medios. Ha realizado labores de comisariado, documentación y gestión en diversas instituciones y publicado igualmente en diversos medios. Actualmente es profesor en el IE University y ha sido tutor de “Arte Latinoaméricano en el siglo XX” de la universidad de Georgetown. Ha impartido conferencias en numerosos foros académicos y entre sus exposiciones como comisario, al margen de esta que tenemos aquí, nos encontramos con “El Ranchito” (Matadero, 2010-2012), “Circuitos MMX” (Comunidad de Madrid 2010) o “Los Esquizos de Madrid” (MNCARS 2009, Fundació Suñol, 2009; CAAC, 2010).
            La exposición plantea una reivindicación de las formas políticas producidas en la música Pop a través de las prácticas artísticas contemporáneas; todos hemos sido en cierta medida fans, nadie es impermeable a la influencia de la música y no menos los artistas contemporáneos, algunos de estos han centrado sus trabajos en distintos aspectos de esta incidencia; así pues nuestro comisario, ha estructurado la muestra a través de los trabajos de una treintena de creadores que dejan al descubierto aspectos poco señalados de la relación entre música, arte y política; y señala “La música ha servido para vehicular movilizaciones sociales o políticas, que han determinado de manera fundamental el arte contemporáneo”
            Pero ¿Qué vamos a ver en la exposición?; pues bien, esta se encuentra articulada en cinco ejes temáticos: Cuerpos a 33 revoluciones, todas las tecnologías que tienen que ver con el cuerpo y con planteamientos de representación; espacios de felicidad extrema en el que se nos muestran los lugares donde se desarrollan estas relaciones; el tercer eje sería el fan emancipado es donde se dispone de la estrella como se quiere; del Samizdat al Agit Pop en el que veremos medios de comunicación especializados con una difusión que proponen la posibilidad de una microeconomía anticorporativa, elementos como los fanzines, campañas de comunicación virales y acciones como el samizdat o el agit pop. El último eje que nos encontramos es Cover versions, habitando por segunda vez, en el que vemos la interpretación de las canciones que cambian o añaden algo respecto al original o indican expresiones propias de cada época.
            La exposición no se pone límites estilísticos y lo vemos en los diversos palos que tocan; igualmente la posición del espectador no es siempre pasiva y alienada, muchas veces se convierte el mensaje que nos dan en algo propio. Por último, Munuera señaló “También me interesaba ver cómo el capital simbólico de la música puede ser político siempre, o muchas veces, en manifestaciones inesperadas” esto se ve perfectamente en el fenómeno de los fans, a los que, como hemos visto, dedican uno de los bloques temáticos.
            Así pues, y resumiendo, nos encontramos con una exposición que reivindica las formas políticas en la música pop y que ha conllevado un trabajo de dos largos años, como ya señaló nuestro comisario. Se trata de cohesionar comunidades, generar otros nuevos; la clave es ver como la música pop se ha visto siempre como un consumismo, y como podemos ver la política no solo como una ideología, sino la política como una serie de posicionamientos y de la ideología como algo horizontal. Nos vamos a encontrar con 34 artistas internacionales y todo esto lo podemos apreciar perfectamente aquí porque la música es donde más se activa lo emocional que dejamos de lado en la política, hay una cierta simbología en todo.
            En los 5 bloques temáticos veremos obras muy diversas, la recogida de una performance en un teatro vacío de Madrid, 32 retratos de hip-hoperos, Depeche Mode, una máquina de música que reproduce canciones que tienen que ver con la política, el fenómeno de los fans con Amy Winhouse, documentales en el que se nos muestra a los jóvenes en un concierto… Mencionar también que la exposición cuenta con un catálogo con textos y aportaciones de Iván López Munuera, Kim Gordon, José Manuel Costa, Simon Reynolds, Greil Marcus, Amparo Lasén, Peio Aguirre y Lucy O´Brien.
            Ahora bien, en mi opinión, es un tema muy interesante, y que como ciertas cosas de nuestra vida tan cotidianas muchas veces le dedicamos menos importancia de la que tiene, o ni siquiera pensamos en ello, pero considero que la exposición tan trabajada y sacada a relucir en sus aspectos claves y bien elegidos ha quedado expuesta de tal manera que resulta difícil su seguimiento. A mi manera de ver las cosas, las instalaciones no son las adecuadas y las salas de vídeo cuentan con poco espacio, además podía ser considerada equivocadamente como una historia del pop y olvidar el punto central que es el de reivindicar las formas políticas, a lo mejor podría haberse centrado más en los mensajes de las canciones y la repercusión y lo que consigue llevar a cabo un grupo sobre sus seguidores, en la que los fans hacen y plagian todo lo que hacen sus ídolos. Aun así, es fantástica desde el punto de vista que aborda todas y diferentes cuestiones de la política en la música que no sin esta exposición a lo mejor ni consideraríamos. Por último señalar que las cartelas no me parece que expliquen mucho al respecto.
            Pero si te gusta la música y quieres ver lo que ha conllevado en la política no hay que dejar de ver esta exposición en el Centro de Arte 2 de Mayo en Móstoles, que comenzó el 30 de noviembre y que seguirá abierta al público hasta el 21 de abril.

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