martes, 12 de marzo de 2013

Qué es un artista?


¿Qué es un artista?

Exit Through the Gift Shop

Director cinematográfico: Banksy

Productores: Jaimie D’Cruz, Holly Cushing, James Gays-Rees

Cast: Banksy, Thierry Guetta y Shepard Fairey

Fecha de salida: 2010


Laura Ventura
(estudiante Erasmus segundo semestre)

El término Mokumentary define un falso documental, es decir, esas películas que tratan temas que son fruto de  la pura inveción como si fuera realidad; el ejemplo tal vez más conocido es Zelig, la genial joya en la que woody Allen recostruye la biografía del único hombre camaleón.
La palabra nació da la contracción de las palabras mock y documentary; la primera además de llevar implícito el significado de falso tiene cierto tinte irónicoy bromista.
En este sentido la definición es apropiada para Exit Through the gift shop, la primera película de Banksy, en la que aparece el más famoso street artist inglés película camuflato.
Al principio, en los títulos de presentación,y después de la Revolver Production, aparece la marca Paranoid Pictures que hace una parodia de la conocida montaña Paramount y expone una serie de golpes de proyectil para perforar el stencil que estaban al puesto de las estrellas originales. Así la película declara directamente su vena ridícula.
También el tono de la voz narradora, del actor inglés Rhys Ifans, acentuada a proposito para invocar la ironía iconoclasta y profanadora de un mito imortal como The Rocky Horror Picture Show.
La película es una mezcla de falsedad, falsas verdades y hace guiños irreverentes al mundo del arte moderno y a sus obsesiones.
La celebridad y la fama son metas perseguidas por muchos y evitadas por unos cuantos. El dinero y el brillo mediático, que la mayoría parece desear, son para una minoría un estorbo para continuar haciendo lo que les gusta sin ser molestados. Entre esos bichos raros que prefieren la libertad a los reflectores se encuentra Banksy, personaje central y creador del brillante documental Exit Through de Gift Shop. Conocido internacionalmente sólo por su pseudónimo y célebre por conservar su identidad en secreto, Banksy es hoy la súper estrella de la escena artística independiente internacional que se mueve como un pez en el agua en los terrenos del graffiti, el stencil, la instalación y, más recientemente, del video. Su última travesura, motivo de innumerables comentarios, análisis académicos y notas periodísticas, tiene que ver ni más ni menos que con la intervención que hizo a la célebre cortinilla de los Simpson, clásico moderno de la televisión creado por Matt Groening. En la pieza de poco menos de dos minutos, el artista originario de Bristol, sintetiza un estilo caracterizado por la irreverencia y lo contracultural, así como por una ácida crítica a la producción en serie y la explotación de la mano de obra barata plagada de técnicas y personajes omnipresentes en su obra (ratas, cuervos o pandas). Más de cinco millones de clicks en Youtube en unos cuantos días hablan de la relevancia de un creador que está muy lejos de pasar desapercibido. Un éxito como el anterior parece difícil de superar pero, sin duda, Exit Through the Gift Shop, ópera prima involuntaria de Banksy como director de documentales, es mucho más que una cortinilla divertida. El documental se originó en lo que se podría catalogar como un afortunado accidente cinematográfico: un aficionado francés al arte callejero, Thierry Guetta, empieza a grabar a los principales exponentes de la escena de Los Ángeles y, eventualmente, a Banksy que, ante la torpeza del realizador, toma el control del proyecto y le propone dedique su tiempo al arte. El documental es un divertidísimo viaje al corazón de un modo de expresión que lentamente ha migrado de la calle a las galerías y los museos. Las reglas de juego cambian otra vez. El espacio artístico que convencionalmente se conoce como la galería o museo, se esta recogiendo todo lo que pasa en la calle. Todo tiene un precio y esta enfrente de los ojos de un comprador. Aquel que era hace poco tiempo contracultura vuelve a ser conformista, como es fisiológico que sea. La misión de los limites de la legalidad de Banksy y sus compañeros es llevarse otra vez  los espacios públicos para trasformarlos en enormes galerías que están a la luz del sol, a cielo abierto. Por la cinta desfilan nombres como JR, Space Invader o Shepard Fairey que son  el motor y punto de partida para que Guetta descubra el encanto y la adrenalina de un movimiento que se meterá poco a poco en sus venas y lo transformará de observador a objeto de estudio. Guetta colaboró con Banksy para hacer una misión especial: instalar una muñeca que parecía un prisionero de Guantanamo en el parque de Disneyland. En todos estos lugares la gente siempre esta controlada y el servicio de vigilancia del parque claramente no estuvo de acuerdo a la hora de mostrar el lado oscuro del reino mágico. Es justo en ese punto, en la inesperada vuelta de tuerca, donde el documentalista se convierte en protagonista del film, donde radica su principal acierto, descubriéndonos el extraordinario talento de Banksy como cineasta. Prueba de ello, son el brillante ritmo que aterriza en un montaje preciso y el manejo de cámara propio de un veterano. Más allá de sus aciertos formales, tal vez lo más sabroso de Exit Through the Gift Shop está en su humor y contenido, en la manera en que propone a su realizador original, Thierry Guetta como metáfora y ejemplo vivo de lo que sucede hoy en muchos casos en el mundo del arte. Vemos cómo un neófito con un plan bien estructurado, un gran presupuesto y un equipo importante de colaboradores se puede convertir, de la noche a la mañana, en una estrella de la escena alternativa de Los Ángeles. El nombre artístico que elige, Mr Brainwash, es una muestra más de lo paradójico del caso. Así, este documental deviene una brillante reflexión sobre el arte contemporáneo, su valor comercial y el papel de la creatividad y el talento en el mundo de hoy. ¿Qué es lo verdaderamente importante para triunfar? ¿Quién es realmente el artista? ¿El que vende más? ¿El que se cotiza más caro? La respuesta parece estar en el buen sabor de boca que nos deja el primer trabajo de un genio de la irreverencia que aterriza en el cine con una película sólida, divertida y completa. Además de recordarnos que el documental no tiene por qué ser aburrido y acartonado, Banksy demuestra en su ópera prima que es un artista en todo el sentido de la palabra, capaz de abordar con maestría nuevos lenguajes. Hacia el final del metraje, con el rostro escondido detrás de la típica digitalización que protege su identidad, nuestro director estrella amenaza con no volver a hacer cine…ojalá no cumpla su promesa.

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