De cabeza la Insurrección
Colectiva
Ileana Magaña Márquez
LOS ENCARGADOS,
de Jorge Galindo y Santiago Sierra.
Galería Helga de
Alvear. Del 17 de enero al
2 de marzo 2013.
Sobre la
Gran Vía madrileña, La Varsoviana Soviética, una de las canciones más importantes
del movimiento de la revolución mundial, suena como música de fondo in crescendo, siete coches negros de
lujo en fila con un retrato en lo alto cada uno. Un desfile?, una marcha?, una
huelga? O es esto acaso una cortejo fúnebre?
Es obra de
los controversiales artistas Santiago Sierra y Jorge Galindo, bien conocidos
por ser unos agitadores culturales; presentan en la galería Helga de Alvear su más
reciente obra titulada: Los Encargados.
Santiago Sierra rechazó en 2010 la concesión del Premio Nacional de Artes Plásticas al considerar
que el único beneficiario era el Estado. Gesto que demuestra que en la
actualidad el arte tiene mucho que aportar a la inestable situación política y
económica que se vive en España. También este rechazo al premio de este
polémico artista, mas que rebeldía es un grito desesperado de libertad. Y a dúo
con Jorge Galindo, caracterizado por destruir el concepto tradicional de pintura,
crean un performance con el que su común preocupación política, crean una
invitación a la Revolución. Manifiestan de manera artística su sagrado derecho
ciudadano como un deber indispensable.
El “Comando
Madrid” exhibe su trabajo compuesto de fotografías, pinturas y un video, en los
cuáles manifiestan su oposición al régimen fascista, según las propias palabras
de Sierra.
El blanco y
negro presente en cada parte de la obra, representa de cierta manera
negatividad, creando una atmósfera lúgubre y una fúnebre solemnidad con una
gran calidad estética.
El video, es
la pieza central de “Los Encargados”, en el cuál se tiene toda la intención de
hacerse notar y exhibirse sin miedo por el mundo y sin censura. Grabado en
blanco y negro, los diferentes encuadres del filme, realzan el protagonismo de
los retratos. A la línea del horizonte, es como lo están viendo los ciudadanos
y las tomas en picado, como lo está viendo el mundo. A modo de interpretación
de los artistas.
El contraste
blanco-negro le da un toque melancólico nacionalista y fúnebre, a pesar de ser
una obra con esencia irónica y con cierto furor y odio político, existe
depresión mezclada con sentimientos de impotencia y desesperación al ver como
la nación se va por un hoyo.
Al ritmo de A las Barricadas, hacen una invitación
al despertar de la lucha, a la unión y esperanza y sobre todo a la libertad.
Los presidentes de la
democracia española: Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González,
José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy encabezados por el rey Juan
Carlos I, uno a uno boca abajo, desfilando por la Gran Vía y posteriormente colocados
en los muros de la galería. Llama la atención, que el monarca español se
encuentre en primer lugar de esta procesión, al heredero de Franco, como lo
menciona Galindo y que ensambla a
la perfección con la letra de la Varsoviana Soviética:
“Aborrecemos
la tiránica corona;
pero honramos las cadenas de la mártir nación.
La sangre de personas inundó los tronos
y a nuestros rivales bañaremos en sangre”.
Todos ellos al estar de cabeza
distorsionan su perspectiva. Incluso sus miradas de mandatarios ahora son de
sorpresa, agobio, impotencia e incluso cobardía. Y al estar en esa posición
provocan cierto estremecimiento.
Ellos son Los
Encargados, de llevar a España a la ruina, desastre, crisis económica y
escándalos de corrupción.
¿Por qué de
cabeza? ‘No lo han hecho bien y están castigados’. De cierta manera, así
cumplen una condena en unos gigantescos retratos al óleo a través de un tiempo
indefinido.
Arte para
denunciar, insurrección colectiva, derechos ciudadanos en un performance.
Y como menciona el
escritor Fernando Trías de Bes: “El arte y creatividad es la máxima expresión
de libertad del ser humano”.
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