El coleccionista de obsesiones. Bernardí Roig
Museo Lázaro Galdiano
25 enero - 20 de mayo 2013
Ágata Soto Salafranca
Siempre he
considerado que en exposiciones llevadas a cabo por un artista de nuestro
tiempo, la función informativa de las cartelas junto a las obras es esencial.
Sin embargo, gracias a la excelente labor del comisario, José Jiménez, mediante
un escrito que antecede la muestra que ofrece la Fundación Lázaro Galdiano,
dichos rótulos no serían de tanta importancia.
El ganador del
trigésimo séptimo Premio de Arte Contemporáneo Fundación Princesa Grace, Bernardí
Roig (Palma de Mallorca, 1965), concibe ésta inédita exposición junto con el
comisario José Jiménez, Catedrático de Historia y Teoría del Arte de la
Universidad Autónoma de Madrid, autor de Teoría
del Arte.
Titulada El Coleccionista de obsesiones, la
exposición temporal se encuentra íntimamente relacionada con el espacio del
museo en sí mismo y la colección permanente de éste, como un coloquio entre
colecciones y espacio. Como su propio nombre indica, El Coleccionista de obsesiones se encuentran en diálogo con el
entusiasmo por coleccionar de Don José Lázaro. Sin embargo, como señala José
Jiménez, Bernardí Roig es otro tipo de coleccionista, ya que se dedica a
recompilar obsesiones que vemos reflejadas en sus creaciones buscando la
perfección de la obra, como una “búsqueda de lo imposible”.
Está compuesta
por un total de dieciséis obras variadas, existen varias esculturas, un libro
de luz, un collage, grabados y un vídeo. Algunas de estas piezas han sido
expuestas con anterioridad, como Prácticas
para ocultar un cuerpo (2009) y Ejercicios
para parecerse a Fabio Zanchi (2009), ambas presentadas por primera vez en BLOW UP, en Parc Tournay-Solvay en
Bruselas. Ahora las encontramos en el jardín del museo, la primera oculta entre
hojarasca y matorrales; la segunda, escondida también pero como suspendida en
lo alto, levitando a diez metros del suelo en un árbol a la entrada.
Sin embargo,
otras obras sí han sido especialmente concebidas con motivo de ésta exposición,
como otra de sus esculturas a tamaño real de resina de poliéster: Prácticas para ocupar el jardín de la FLG
(2012), también a las afueras del museo. El vídeo Ejercicios de invisibilidad (2012), también fue creado para la
muestra. Nos presenta un personaje ataviado con smoking en el interior del
museo durante la noche. En la cabeza porta un halógeno, aunque no le sirva de
gran ayuda ya que lleva los ojos cosidos, estando condenado a vagar de forma
desesperante en las salas del museo. No obstante, la intención del artista no
es mostrar a un hombre desesperado por no ver nada, sino a un desesperado por
haber visto mucho, teniendo que interiorizar la mirada, mirando hacia adentro.
En el centro de
la sala-biblioteca del museo se encuentra el libro de luz, donde aparecen
varios fotograbados e imágenes de las esculturas llevadas a cabo durante los últimos
años de la carrera de Roig, a modo de colección de creaciones, esculturas y
recuerdos.
Por último, es
imprescindible destacar la acción desempeñada por las esculturas en todo el
espacio del museo, tanto en las salas habitualmente abiertas al público como en
el túnel que se ha abierto con motivo de la exposición y fuera en el jardín.
Estos hombres rollizos, normalmente descamisados y con los pantalones abiertos
se relacionan y conectan con el espacio del museo. En ocasiones nos cortan el
paso como An Illuminated head for Blinky P., the gun (2010) con un fluorescente a la altura de la
boca. Es curioso como esconde la mano derecha detrás de la espalda, ocultando
la posición de la mano en forma de L simulando una pistola. Otra obra
inquietante es Ejercicios para chupar la luz (2012), representación de un
hombre que intenta chupar una bombilla iluminada con sus manos atadas a la
espalda. Además de éstas
encontramos varias obras en íntima relación con la luz y el espacio que las
rodea como Perplexity Exercises.
Vol. III (2006) o L’oumo della luce (2007).
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