VIAJE A LAS
OBSESIONES DE UN ARTISTA
Cristina Pérez
Fornieles
Exposición El coleccionista de obsesiones de
Bernardí Roig
Museo Lázaro Galdiano
En el Museo de Lázaro Galdiano se
encuentra esta exposición contemporánea, que se sale completamente de lo que
estamos acostumbrados a ver en este lugar.
Se titula El coleccionista de obsesiones y ha sido realizada por Bernardí
Roig; siendo la primera exposición que se realiza en el museo, de un artista
vivo.
Esta compuesta por esculturas, un libro de imágenes,
dibujos, un molde escultórico, y un video realizado para esta ocasión, utilizando como tema central la representación
del hombre. Alguna de estas obras, son inéditas y otras han sido creadas para
esta exposición de Madrid.
Lo primero que sorprende es que las
obras están repartidas por todo el museo, desde el túnel hasta en el jardín,
pasando por la sala de armaduras, antiguo vestíbulo, etc.; donde se encuentran
esculturas que representan al mismo hombre, calvo, gordo, vestido solamente con
un pantalón desabrochado, completamente blancas en diferentes posturas con
gestos que no dejan indiferente al espectador atrayendo, nuestra mirada hacia
ellos para intentar entrever lo que les esta ocurriendo y todas ellas con un
punto de luz.
Así, se percibe la obsesión del
artista por el hombre y sus inquietudes, sus miedos y miserias; la soledad , la
muerte….. despojado de todo, sin ningún artificio, intentado atesorar en sus
obras presentes, un tiempo pasado irrecuperable, la luz que le guía, para
llevarle hasta el final de su existencia, y en el caso del artista perpetuarse
con su propia obra.
Roig coloca las obras de tal
manera que crea un juego entre ellas y el
espectador, ya que le obliga a buscar entre la exposición permanente del
museo, las obras del artista. Este juego es posible gracias a que sus obras
contemporáneas, resaltan escandalosamente sobre lo clásico, creando así, la
sensación en el visitante de que esta buscando algo diferente entre muchos
objetos parecidos.
Para abundar en esta idea, se
encuentra en una de las salas un video en blanco y negro, donde aparece el
artista paseándose por todo el museo a oscuras, con tiras en los ojos para no
ver nada y con un foco de luz encima de su cabeza. Con ello, quizá nos quiera decir, que nuestra
obsesión ciega por acumular, necesita de luz
para poder distinguir la realidad, para poder ver y no solo mirar.
Con el paso del tiempo se ha ido
cambiando la concepción de la obra de arte y de cómo exponerlas, aunque siempre
se ha mantenido ese afán del hombre por coleccionar. Desde los orígenes, donde
en las cámaras de las maravillas se guardaban los objetos únicos que en esos
momentos se podían encontrar, sin apenas organización, hasta posteriormente la
creación del museo donde todas las obras son estudiadas, catalogadas y
expuestas en salas creando un diferenciación entre unas y otras, según al
periodo que correspondan.
Independientemente de lo que el
artista quiera decirnos con su obra, que no deja de ser algo subjetivo, lo
cierto es que la exposición resulta “rompedora” pues se sale de los cánones
clásicos a que nos tienen acostumbrados los museos; colgar las obras por los
árboles, llamando la atención de los transeúntes de la calle, o esconderlas por
los parterres del jardín, obligando al espectador a hacer de sabueso, no te deja indiferente y aún mas llamativo es
que esto suceda en un lugar como el Lázaro Galdiano.
Esta exposición marca un antes y
un después en la línea que hasta ahora llevaba esta Fundación y que seguro habría
gustado y mucho a “un coleccionista” como Lázaro Galdiano A mi personalmente me ha resultado cuando
menos, inquietante.
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