jueves, 31 de enero de 2013

Jugando al escondite


Bernardí Roig. El coleccionista de obsesiones. Fundación Lázaro Galdiano.
Del 25 de enero al 20 de mayo de 2013.
Comisario: José Jiménez.

Desde el momento en el que pasamos la puerta de entrada de la Fundación Lázaro Galdiano  hasta ahora contenedor de la colección de uno de los coleccionistas y mecenas más destacables del arte español, uno se da cuenta de que  la exposición trastoca la tranquilidad que hasta ahora reinaba, y rompe con el espacio expositivo ,plagando tanto el jardín como el interior con las 17 obras que se exponen dentro de la muestra El coleccionista de obsesiones, planteando un diálogo entre los fondos del museo y la obra de Bernardí Roig. Encontramos muestras de su obra en recodos de las salas, o siendo protagonistas de estancias enteras, como en el caso del paso subterráneo que servía como almacén, o

La obra del artista mallorquín ha ido evolucionado desde el año 2003, en el que sus figuras eran cuerpos de maniquís con cabeza de bronce a sus actuales vaciados directos de sujetos en resina de poliéster , las cuales parece haber diseñado el propio Malevich, además de pasar de colores oscuros al blanco más puro, acompañado de la luz normalmente representada con flourescentes.  La combinación en su obra entre lo figurativo y lo abstracto conviven a la perfección, al igual que su diversidad a la hora de expresarse mediante obra plástica, video o collages. Las figuras poseen actitudes  misteriosas e inquietantes , y en ocasiones con cierto aire patético. Figuras similares a estas las pudimos ver en Bruselas en el año 2010, ocupando el parque Tournay-Solvay, como si de la historia de Blow-up se tratase y el espectador fuese Thomas cargardo con su cámara.

 El artista está representado por la galería Max Estrella, dónde pudimos ver su exposición Der Italianer  en el año 2011 con una obra que destacaba por la gran influencia del pintor irlandés Francis Bacon y dónde destaca este año como artista de cara a la próxima feria de ARCO. Según José Jiménez, comisario de la exposición, la idea del coleccionista que vemos tan bien representada en el propio Lázaro Galdiano  podemos verla en el artista, ya que según él: “El artista es también un coleccionista, pero un coleccionista de obsesiones, aquellas que va plasmando en su trabajo en busca de la realización de la obra, ese impulso obsesivo hacia la búsqueda de lo imposible”. Entre las obsesiones del autor se hayan la incomunicación del hombre contemporáneo, la muerte y la soledad, además de la necesidad de expresar un sentimiento o actitud concreta en cada una de sus figuras, potenciadas éstas por un halo de luz.

Dentro de la exposición podemos ver un video en blanco y negro en el cual el propio artista, se pasea por las diferentes salas sin apreciar realmente los objetos, como si de un autómata se tratase, con los ojos sellados y una luz sobre la cabeza o un collage elaborado con imágenes que van desde políticos a actrices, siempre en actitudes provocativas, y que pasa más desapercibida entre las vitrinas del museo, en lo que parece un intento de adaptarse al entorno que ha ocupado. El artista juega siempre con la figura del espectador, el cual capta al sujeto en un instante clave de su acción, descubriendo a medida que se acerca más y más a la obra detalles que hasta ese momento habían pasado desapercibidos para él. Dicha exposición es la primera exposición individual de un artista vivo que realiza el Museo, como primogénito de una programación cultural renovada que pretende seguir con la labor que comenzó su fundador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario