Wilfredo Prieto
Café hecho por Di
Galería Nogueras Blanchard, Madrid
2 de febrero – 30 de marzo 2013
Ágata Soto Salafranca
La
galería Nogueras Blanchard acoge hasta finales de marzo la exposición Café hecho por Di de Wilfredo Prieto, un
cubano de gran proyección internacional, que en esta muestra nos abre las
puertas de su mente para que nos adentremos en el trasfondo de su proceso
creativo. Para ello, la galería nos presenta una atareada recopilación de dibujos
y bocetos preparatorios del artista en lápiz o tinta sobre papel.
Wilfredo
Prieto se trasladó a la Habana en el año 98 con el objetivo de finalizar sus
estudios de arte en el Instituto Superior de Arte (ISA). Aún habiendo obtenido
un diploma de pintor, Prieto es conocido por sus performances e instalaciones, que hemos podido disfrutar en España
en diversas ocasiones como Untitled/Red
Carpet, una intervención que llevó a cabo en Barcelona, donde almacenó todo
el polvo y suciedad que encontró bajo una manta situada en medio del suelo de
la galería. También en Barcelona, presentó su Biblioteca Blanca compuesta por miles de libros de diferentes
dimensiones, formatos y distintos tipos de papel, todos ellos en blanco. En
ella anulaba la imagen que proporciona el texto para crear una nueva imagen
participativa.
Para
Prieto la figura del artista es un objetivo que nunca se acaba de alcanzar,
como si fuera una meta sin límites a la que nunca se llega. Lo contempla como
un recorrido que puede ser completado para llegar a ser artista, donde la
autosuperación juega un papel imprescindible. Esto lo vemos reflejado
claramente en la muestra que nos presenta la galería Nogueras Blanchard, donde
se recogen numerosos ejemplos en papel de sus realizaciones desde que comenzó
su carrera como estudiante, hasta sus trabajos más recientes – además de varios
proyectos que no se realizaron o están en proceso de llevarse a cabo –. Con esto, la galería nos transporta al
taller del artista, mostrándonos las primeras ideas que manan de su cabeza, sus
obsesiones e inquietudes plasmadas de forma rápida y fugaz sobre el papel.
Los
borradores, que llenan todo el espacio expositivo, están realizados de forma
esquemática, sin atender a los detalles, como una serie de apuntes de lo
ideado, que en ocasiones no se encuentra totalmente definido. La espontaneidad
de los dibujos recuerda en muchos a pinturas infantiles, ajenas al aprendizaje
académico. Sin embargo, esta sencillez aparente se trata de un elaborado
esfuerzo de evocaciones y alusiones.
En
sus obras pretende ser directo y literal, y para ello trata de reducir al
máximo la metáfora como método para destaparla. Su inspiración proviene de la
experiencia diaria y de lo cotidiano, siendo para él su labor la de darle forma
y vida a esas experiencias. Estas experiencias son ideas comunes a un contexto
histórico, son jerarquizadas por el artista y llevadas a un ambiente público,
por lo que Prieto señala que entiende que se trata de una acción de descubrir
más que de crear. Compara el artista contemporáneo con un arqueólogo, que
desvela lo que la realidad ya comunica por sí misma. Por ello, los temas que
tratan sus obras interesan a todo el mundo, recalcando que cuanto más trata
asuntos de interés general, más trata sus propios temas, estando así su obra
dirigida a un personal colectivo.
Este
interés que denota por la cotidianidad lo podemos ver reflejado de forma muy
evidente en una intervención que llevó a cabo en el Parque Lennon de La Habana,
Sacando el perro y comiendo mierda, donde
la intención era crear una obra camuflada y sutil. Mezclada con la más pura
cotidianidad, reduciendo al máximo y abandonando casi totalmente la
intervención, el espectador no puede identificar la obra con ninguna facilidad,
en parte por no ser concebida para el deleite de los sentidos.
A
pesar de que sus obras sean relacionadas con el arte conceptual, y su
admiración por Marcel Duchamp, Prieto prefiere considerarse como un artista de
un trabajo muy personal, alejándose al máximo de cualquier cliché o contexto
artístico individual o local.
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