Jorge
Gómez Sierra
Crítica
sobre la exposición “Sin título” de Jorge Perianes
(Galería
de Arte Max Estrella; C/ Santo Tomé, 6)
Sobreentendiendo al ser humano
La galería de arte Max
Estrella nos trae para febrero la primera muestra individual (en este espacio)
sobre Jorge Perianes, artista nacido en 1974 en Ourense ligado a una producción
artística multidisciplinar que gira de una forma peculiar en torno al ser humano
aunque evitando por supuesto, los tópicos del arte clásico. Perianes a pesar de
ser relativamente joven es un asiduo de los centros de arte contemporáneo de
ámbito nacional e internacional, como corroboran sus apariciones en
exposiciones colectivas en ciudades como Miami, Oporto, Nueva York, Lisboa o
Quito. Anteriormente ya había trabajado para esta galería, concretamente en
2012 figurando en la exposición colectiva “Caminar
la línea”, muy afín al pensamiento de este artista.
Su obra puede llegar a ser complicada de
entender; hay un marcado trasfondo y es conceptual sí, pero nunca pierde el
sentido estético, el mismo dice lo siguiente: “mis inquietudes se van engarzando a través de un simbolismo propio de
la herencia cultural y del inconsciente colectivo buscando una interactuación
con el público a partir de una estética cuidada y detallista hasta la
exasperación”. Por lo tanto estamos ante algo formal e intelectual.
Como ya he comentado su
labor es multidisciplinar aunque exposiciones anteriores como la del espacio Abierto x obras del Matadero de Madrid o
la recientemente clausurada en el Kiosko de Alfonso en A Coruña denotan que su
“hábitat natural” es la instalación, generalmente de grandes formatos, ocupando
incluso en algunos casos, la totalidad de las galerías o museos. Esto no supone
el rechazo por otras formas artísticas como el ready made, la intervención directa en paredes, la escultura, la
pintura, etc. Utilizadas todas ellas de una forma peculiar y con distintas
citas a la historia del arte contemporáneo sobretodo (dadaísmo, surrealismo,
etc).
En Max Estrella se expone
una miscelánea de la producción de Perianes, una reflexión continua, fuera de
críticas políticas, va más allá, va hasta lo existencial de la raza humana.
Invita al que ve esas obras a replantearse la percepción del mundo y de nuestros
propios procesos de pensamiento. Introduce una nueva manera de comprender la
naturaleza incluyendo en ella al hombre. Es una mirada ambigua, metafórica,
alegórica, etc. que atañe conceptos filosóficos básicos. Destacan las
composiciones poéticas y literarias, y aquellas de apariencia inquietante
basadas en la fragilidad e inseguridad, cualidades muy comunes en el ser
humano.
Existe toda una serie de simbologías
en sus facturas, hay un paralelismo con los genios del surrealismo. Nos
encontramos ante elementos que tienen un significado propio y que son
convertidos en los actores principales de las obras, son los que nos sugieren la
idea fundamental de cada obra, el epicentro del concepto intelectual. No es
palpable la figuración humana, ya lo adelanta Perianes, no vamos a ver un
cuerpo de un hombre o mujer; pero sí vamos a ver sus obsesiones, sus deseos,
sus escapatorias y sus angustias. Esta connotación es evidente en toda la
muestra, es perceptible en sus copas o vasos, en sus cuadros rasgados, en sus
escaleras, en esos ápices de vegetación que sobresalen de sus intervenciones en
la pared… La obra no está cerrada, es una sutil sugerencia al que la admira, es
un llamamiento al dialogo con el espectador, que es el que completa este
discurso de ambigüedad total y de crisis existencialista.
Continuamente hay que
preguntarse el porqué de lo que estás viendo, las dudas surgen, el
cuestionamiento a ti mismo es la clave de esta exposición.
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