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Exposición individual ‘Café hecho por dí", de Wilfredo Prieto
Galería Nogeras-Blanchard
(2
de febrero - 30 de marzo, 2013)
La
galería Nogueras-Blanchard nos
recibe con la exposición del artista cubano afincado en Barcelona Wilfredo
Prieto, el cual forma parte de la generación de artistas cubanos cuya fama ha
alcanzado nuestro país (entre los cuales se encuentra también Carlos Garaicoa o
Alexandre Arrechea) ,con sus instalaciones, objetos y performances de gran
atractivo visual y estético, con un estilo a veces parecido al de Los
Carpinteros, pero a todas luces personal.
En este caso se nos muestra la parte oculta de su trabajo, los dibujos
que finalmente se convertirán en obra, los apuntes y bocetos que se llevarán a
cabo y los que se quedarán en eso, una idea plasmada en papel. Apuntes rápidos,
unión de todas sus obsesiones en diferentes formatos y multitud de simbolismos
forman parte de dicha exposición
,una de las primeras de la galería barcelonesa (a veces resulta realmente
molesto observar las obras debido a la intensísima luz que desprenden los
fluorescentes, pero eso ya es otro tema), la cual abrió sus puertas en
septiembre del pasado año, y en cuya sede catalana se expondrá el resto del
material de Prieto.
Dicha exposición es una muestra más de la tendencia al
archivismo, a la búsqueda incesante del material que fue origen de la
inspiración y de todo rastro del trabajo anterior a la obra por parte de los
comisarios de las exposiciones, que de esta forma “endiosan” a artistas
contemporáneos siguiendo el ejemplo de las numerosas exposiciones que se
comenzaron a hacer centradas en el dibujo, en la idea inicial de numerosos
artistas consagrados como Da Vinci, Alberti o Picasso, y
que se convierten de esta forma en
obras de arte en si mismas. Esta exposición en concreto está organizada de
forma casi caótica, como si del estudio del propio artista se tratase , visto
casi como un psicópata de la imagen, un obsesionado de película de terror que
cubre las paredes de su dormitorio con el motor de su vida. El nombre que ha
dado a su exposición resulta una vez más enigmático y poco esclarecedor, como
una muestra más de que en sus muestras nunca sabemos lo que vamos a encontrar.
Lo mismo pasó con Atado a la pata de la
mesa ( 2011)
comisariada por Ferran Barenblit y llevada a cabo este mismo
año en el Centro de Arte Dos de Mayo o la obra expuesta en la sede de Nogueras-
Blachard barcelonesa, Piedra iluminada
y piedra sin iluminar (2013).
No obstante, el ingenio y la sencillez quedan patentes
en toda la muestra, su mundo interior y forma de entender el arte nos son
mostradas desde todos los ángulos y vertientes, en todas sus variaciones,
dejando ver parte del artista menos “formal” y más cotidiano, instintivo y
básico, siempre bajo un mismo discurso y dejando clara su intención. La obra
del artista cubano siempre ha destacado por su lado político, su forma de
mostrar la realidad de su país. Según Gerardo Mosquera, crítico cubano y
seguidor de toda la evolución del artista , “Wilfredo personifica la orientación más directa, ‘minimalista’ e
‘internacional’ de los nuevos artistas. Y es él, entre ellos, quien más
agudamente refiere a la vida y las cosas del país de hoy” en referencia a lo que el ha definido como su tendencia a
partir de una circunstancia local para reflejar dilemas globales y de esta
forma dar a conocer su propia realidad cubana. Lo cierto es que su obra nunca
deja indiferente, debido a su obsesión por intentar modificar y alterar las
ideas preconcebidas de lo que debería ser una exposición, un museo, o una obra
de arte.
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