Café hecho por Dí. Wilfredo Prieto
Galería NoguerasBlanchard. Del 2
de febrero al 30 de marzo de 2013
Patricia San José García
Tengo que
reconocer que cuando entré en la Galería NoguerasBlanchard para ver la
exposición Café hecho por Dí de
Wilfredo Prieto, no esperaba encontrarme con una exposición compuesta únicamente
por dibujos –de hecho esta es su primera exposición de dibujos–, cosa que
seguramente sería del agrado de Prieto, pues uno de sus objetivos es sorprender
al espectador y conseguir que éste no se espere qué es lo que hará en la próxima
obra. Esto le lleva a manifestarse a través de formas tan diversas como instalaciones,
esculturas, objetos, intervenciones, performances
o dibujos, y a no atarse a ninguna de ellas en concreto, sino a utilizar la que
mejor exprese la idea que quiere desarrollar. También va a utilizar materiales
de desigual naturaleza, tanto lujosa como humilde, y va a aprovechar
estrategias de diferentes corrientes como la conceptual o la post-minimalista,
siempre con el afán de desvelar lo poético y lo artístico que se encuentra en la cotidianidad y la realidad.
En un primer
momento, puede dar la impresión de que Prieto haya optado por exponer unos dibujos
que ya estaban previamente realizados por dejadez o falta de tiempo. Esto cobra
sentido si además tenemos en cuenta el agotamiento mental que debe arrastrar de
su último proyecto (Dejándole algo a la
suerte. Del 4 de octubre al 12 de noviembre de 2012, en la Sala de Arte Público
Siqueiros, México D.F.), consistente en realizar una pieza diaria durante los
días que duraba la exposición. Por otro lado, seguramente sea este mismo
proyecto el que explique el porqué de la exposición en NoguerasBlanchard, ya
que en él ha explorado el concepto procesual de la creación y ha priorizado el
taller como un lugar generador de ideas frente al espacio de exhibición, pues Prieto
trasladó su estudio –y con él el proceso artístico– a la galería de la Sala. Del
mismo modo, en Café hecho por Dí,
Prieto se va a centrar en reflejar el proceso de creación y la frescura de la
idea previa a la materialización de la obra. “Lo más importante es hacer una
experimentación con la imagen y con el contenido, más que llegar a un resultado
final”, dice Prieto refiriéndose al proyecto de la Sala Siqueiros en una charla
que mantuvo con Cuauhtémoc Medina durante un Seminario de Arte Contemporáneo que
impartió éste en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (Universidad
Nacional Autónoma de México).
Los dibujos
que se han reunido con motivo de esta exposición –elegidos y dispuestos por el
artista– abarcan los últimos 10 años de la producción de Prieto, desde su
graduación por el Instituto Superior de Arte de La Habana hasta el momento
actual. Éstos representan ideas que en algunos casos se han acabado
materializando en piezas –Apolítico
(2001), Avalancha (2003), Mucho ruido y pocas nueces II (2005), Sin título (Grúa) (2006), Grasa, jabón y plátano (2006), Smart gum (Chicle inteligente) (2008), Tarta de cumpleaños (2009), Las migajas de pan también son pan
(2011), o Amarrado a la pata de la mesa
(2011), entre otras–; en otros casos –estas son las más interesantes porque son
las que aportan algo nuevo a la obra de Prieto– no se han llevado a cabo –y nunca
lo harán pues al artista ya no le resultan interesantes, como las jaulas en las
que están encerrados un león, un perro, un gato y un ratón–; y en otras
ocasiones están aún por realizar –El
viaje infinito, Estadio, Papa caliente (que aunque se realizó en
2011, Prieto no obtuvo los resultados deseados y por tanto no la considera
terminada)–, pero muchos veces es difícil porque son de mucha complejidad
técnica o material. Quién sabe si con el paso del tiempo retomará algunas de
estas ideas, como hizo con El duelo de la
sombra, una performance que presentó en la ya mencionada Dejándole algo a la suerte, que extrajo
de un dibujo que hizo a los 9 años en el que están peleando dos boxeadores, uno
de gran tamaño que proyecta una sombra pequeña y viceversa.
En definitiva,
las obras que podemos encontrar en Café
hecho por Dí transmiten la sensación dinámica y fructífera de “lluvia de
ideas”, proceso a partir del cual trabaja Prieto, pero a la vez parecen una
suerte de retrospectiva reflexiva y estancada. Y yo sólo me pregunto –para
satisfacción del artista–, ¿cuál será el siguiente movimiento de Wilfredo
Prieto?
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