Exposición individual ‘Café hecho x Di’, de Wilfredo Prieto
Galería Nogueras-Blanchard, c/Dr. Fourquet, 4
2 de
febrero a 30 de marzo, 2013
MANUEL GAMAZA CRESPO
La galería Nogueras-Blanchard, recién
instalada en Madrid, presenta la exposición individual Café hecho x di del cubano Wilfredo Prieto, artista que trata la
realidad desde un punto de vista crítico e impactante, que construirá a través
de sus performance y sus
instalaciones. Wilfredo nos transporta a través de sus dibujos a su mundo más
íntimo y personal, nos traslada sus preguntas más frecuentes y elementales, nos
enseña la competitividad que mantiene consigo mismo y con su obra, siendo
inconformista en todo momento, dubitativo, un proyecto da lugar a otro.
Mantiene un hilo conductivo muy similar a la muestra comisariada por Ferran
Barenblit en el CA2M, siendo difícil explicar formal y conceptualmente la meticulosidad
con la que trabaja, mostrándonos una faceta de su trabajo hasta ahora
desconocida.
La exposición crea su propia
narrativa a través de los dibujos que, en contraste con su aparente
cotidianeidad, han sido seleccionados. Son de gran sencillez formal pero todos
buscan encontrar el mínimo gesto con sentido, dotándoles de poesía y sentido
crítico, de un sentido conversacional, insistiendo en las trampas que encierra el
lenguaje; amplifican las limitaciones de las palabras al representar aquello
que describe, afrontando temas que relacionan arte y vida. Se
trata de una selección de dibujos y bocetos de proyectos realizados o no,
futuros, frustrados o vergonzosos, pero de dibujos, al fin y al cabo, que marcan una trayectoria
artística e ideológica. Esta selección de notas previas que va realizando son
esbozos rápidos, primeras ideas, por absurdas que éstas sean; “El papel es el primer espacio donde visualizo las
ideas, las depuro, les doy vueltas hasta que logro una imagen o idea que me
convence”, afirma Prieto. La galería se convierte en laboratorio experimental de sus ideas,
nos muestra su mundo creativo, personal y único; se cambia el concepto de
taller por el de galería que se abre al mundo interior del artista. Propone
leer el arte de una forma distinta a la acostumbrada, desnudándose frente al
espectador, que adopta una visión voyeurista. El crítico cubano Gerardo Mosquera, que ha seguido su
trabajo desde sus inicios, señala sobre él que “si procuramos resumir su
poética en una fórmula, ésta sería la ecuación idea neta - obra sencilla -
significado máximo”.
El proyecto expositivo se divide en un gran
muestrario de bocetos, enmarcados, agrupados, como si guardasen relación entre
ellos, como si mantuvieran una idea común, como los situados en la parte más
baja, multitud de ideas cohesionadas en relación a su último proyecto en México
D.F., los que preceden a piezas ambiciosas que han necesitado tecnologías
complejas para lograr un resultado inesperado o los que siquiera han podido ser
producidos. Por otro
lado, dos largos carteles, proyecto comisariado para una exposición
estadounidense que recoge los proyectos que más reconocimiento han tenido en su
trayectoria, ideal del puente sobre el dibujo, realizan asociaciones de tipo conceptual revelando una lectura muy personal del
artista respecto a su trabajo retrospectivo. Prieto tiene en cuenta en
su obra a la historia del arte de forma tenue, sobre todo el más reciente: el postminimalismo
y conceptualismo latinoamericano o las experiencias de Cildo Meireles y Félix
González Torres, mientras mantiene diferentes grados de dramatización de sus
ideas.
Algunos de sus motivos poéticos más recurrentes
serán el ventilador como aparato de constante movimiento, las banderas como
nexo cultural, una versión extraña de una bicicleta rusa (se asemeja a una
montaña rusa), boxeadores y sus sombras proyectadas al contrario, los circuitos
cerrados y el infinito como utopía de lo inmutable y eterno (serpiente que se
muerde la cola), el dinero como valor inmaterial, o la propia cotidianeidad de
la vida como un círculo vicioso que se retroalimenta. Encontramos bocetos de
instalaciones como Estadio, que
consistía en transformar un estadio en un lago, o Museo, donde cada sala de un hipotético museo albergaría un objeto
de ocio o poder de la sociedad contemporánea, así como referencias a su Cuba
natal, a las experiencias cotidianas de sus habitantes.
Wilfredo Prieto representa lo estúpido, lo
absurdo, lo aparentemente carente de valor añadido, las tontadas y los
proyectos sin resolver y sin solución; la realidad y el sutil sentido del humor
conviven como influencias en su obra, son las que marca una evolución, que
aspira a desplegar una rejilla de significados, mediante un impacto
visual poderoso. La obsesión del artista es encontrar la imagen que considera
mejor para su trabajo, no obstante no existe una voluntad de extraer
conclusiones críticas. Se
produce un gran contraste entre los carteles y los bocetos y dibujos expuestos,
actuando el propio espacio de la galería como autor estético envolvente de las
ideas. Los pequeños detalles que podría fijar una cámara se recogen mediante
pequeños bocetos de ideas y proyectos. Prieto intenta que exista una
participación directa entre el artista y el crítico, para que la obra coexista
en armonía con el mundo real de lo contemporáneo y sus seguidores. Es una
NECESIDAD enorme de reunir toda su producción, como si se tratase de una gran
maqueta, como si abriésemos el cajón de los sueños y recuerdos de la niñez,
recuperándolos.
El sugerente título de esta exposición, Café hecho x Di, nos traslada a una de
las obras que se muestran, una sencilla taza de café reproducida tras una tarde
cafetera de intercambio cultural e ideológico; la obra vista como una gran
conversación interna entre unas y otras. El café como resultado de este
intercambio artístico, este intercambio personal, resumen de la
ecuación entre sus obras y en definitiva entre su arte.
¿En qué jaula se encuentra el artista y sus
ideas? ¿Y en qué jaula se encuentra el arte? Como él mismo acostumbra a decir, “las
ideas están en la realidad, como las nubes. Uno las ve y puede tomarlas”.
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