Café hecho por Di de Wilfredo Prieto
Galería Nogueras Blanchard, Calle Doctor Fourquet nº 4
2 de febrero al 30 de marzo
Marta Cruces Díaz
Al entrar por primera vez en la
exposición Café hecho por Di de la
Galería Nogueras Blanchard me quedé ojiplática sin ser capaz de comprender qué
hacía yo allí y por qué aquello estaba expuesto y es que lo que veía ante mí me
recordaba peligrosamente a los esbozos realizados en mis interminables
libretas. Procuré respirar hondo y observar los dibujos que, aunque enaltecidos
gracias a los marcos, me seguían impresionando por su sencillez. Quizás algunos
revelaban el talento de un dibujante pero la mayoría eran trazos acelerados de
quien trata de mantener una imagen que ha cruzado su mente como si de un rayo
se tratara.
Algo que me ocurre
constantemente con el arte contemporáneo es que necesito que me sea explicado,
buscar información y volver a enfrentarme con la obra. Por eso cuando regresé a
la galería por segunda vez, en aquella ocasión contando con la presencia del
artista, quise tener los oídos bien atentos para comprender el significado de
aquel batiburrillo.
En palabras de Gerardo Mosquera,
curador que estuvo relacionado con la edición del catálogo de la exposición Amarrado a la pata de la mesa que se
celebró el pasado año 2011 en el Centro de Arte 2 de Mayo de Móstoles, la idea
sencilla junto al objeto dan como resultado el significado máximo y es que la
obra de Wilfredo Prieto (Sancti Spritius, 1978) se caracteriza por ser directa,
sin demasiados aderezos simbólicos.
Otra característica que rebosan
sus obras es la presión de la realidad, para ello utiliza una imagen cotidiana,
con todo lo que ello conlleva, huyendo de la metáfora y lanzándonos a la simple
y llana cotidianidad. De ese modo se desvincula, a mi parecer, de la idea de un
artista como superior al visitante o de genio creador ya que la obra en
ocasiones parece tan sencilla que parece haber nacido orgánicamente, sin que
una mente la haya conjurado.
La exposición es, quizás, una
muestra muy introspectiva para el artista ya que en ella ha volcado sus más
profundos pensamientos en un estado embrionario. Trabajos exitosos, trabajos
que conforme ha pasado el tiempo le han decepcionado, proyectos que prefirió
dejar como estaban en el papel, otros frustrados que nunca pudieron llevarse a
cabo y otros que aún son proyectos. Wilfredo Prieto desnuda su mente,
adentrándonos en su particular laboratorio durante la producción de diez años.
Desde una mancha que cuando te
acercas te das cuenta de que es un mapamundi, una gran cartulina que nació como
un esquema para una exposición que nunca llegó a realizarse, o el esbozo varias
veces repetido, como si de una obsesión se tratase, de una carretera con el
trazado de un símbolo de infinito que no empieza ni termina nunca. Café hecho por Di es como entrar en la mente
de Wilfredo Prieto y, sabiendo aquello, te sientes como un extraño sin derecho
a encontrarte allí.
Aunque, hay que aceptar que, si
no sabes eso o no hablas con el artista, sientes que te han tomado el pelo en
la galería y das vueltas sobre ti mismo preguntándote si habrá alguna cámara
oculta apuntándote desde la que algún inaprensivo te señala y se ríe porque has
caído en su trampa. Personalmente me costó trabajo comprender la exposición y
más aún realizar esta crítica puesto que no tenía claro cómo enfocarlo.
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