Wilfredo Prieto -
Café hecho por Di.
Galería Nogueras Blanchard, Madrid.
2 de febrero al 30 de marzo de 2013
Galería Nogueras Blanchard, Madrid.
2 de febrero al 30 de marzo de 2013
Linda Nadine Ruiz Erqueaga
El
dibujo como puente entre la idea y el objeto final
Lo más interesante es ver algo que no estaba pensado
para ser expuesto, la colección de bocetos para los trabajos, es material de
taller, que habitualmente no tiene carácter expositivo, es algo todavía más
intimo que la pared de Bernardi Roig, puesto que en ella podíamos ver a través de
sus ojos, aquí podemos ver a través de las manos de Wilfredo Prieto.
Proyectos fallidos, frustraciones, bocetos que sí se
llevaron a cabo, dibujos de los que se avergüenza, enfrentados unos con otros
en la galería, retándose a ver quién es más fresco,
quién tiene la mejor idea. Adentrarse parcialmente en la mente del artista y
ver el mundo como lo ve él, es desde luego una manera interesantísima de
acercarse al artista, pero más allá del carácter “fanático” de fan, que podamos
tener, la exposición en sí no compone algo grande.
La intención de venderlos es perturbadora, ya que es
algo más que una obra final, es el proceso de creación, es algo más íntimo, más
personal, que a veces sólo produce las sensaciones de vergüenza o satisfacción
en el propio artista, ya que fue artífice del contexto del dibujo, pero para el
espectador no posee toda esa carga. De acuerdo que la obra final puede tampoco
levantar esas pasiones, pero desde luego no es el fin de los bocetos
preparatorios, estos son sólo trazas en un diario. Personalmente veo más difícil
despegarse de estos dibujos que de la obra final, por tanto su mercantilización
por piezas no sería lo más acertado, ya que lo interesante de estos dibujos es
poder adentrarse en la cabeza o jaula en la que se ha visto atrapado Wilfredo
Prieto en distintos momentos, separarlo sería romper esa capacidad envolvente
que todas poseen en su conjunto.
Aunque esta visión sea totalmente romántica, sobre
casi la mistificación que se produce en el taller del artista con un proceso íntimo
entre la obra y el artista, encierra algo de verdad y no es pura fantasía
edulcorada, sobre el genio creador tan decimonónico. Se acerca más bien a la
humanización del arte, a dotar con carácter animado algo inanimado.
Por tanto es esta una exposición para amigos/colegas/fans,
de Wilfredo Prieto, que comprenden esas inquietudes, pero para el espectador
corriente conforman unos dibujos preparatorios.
Desde luego a la Galería no le aportan ningún carácter
personal, y su mercantilización podría considerarse como una estrategia pos venta, ya que puede ser interesante tener la obra de los ventiladores con su
consecuente dibujo.
Que la exposición no sea un éxito no quiere decir que
Wilfredo Prieto no sea un artista reflexivo, puesto que hace un arte cargado de
humor y sátira, jugando a segundas lecturas sobre un objeto cotidiano que
aparentemente no dice nada. Está presente en su obra el ready-made tan duchampianamente gastado, pues Wilfredo Prieto ve poesía
donde otros solo ven dos monedas, su búsqueda de poesía en lo cotidiano, el
encontrar arte en cualquier parte y darle forma impregnándolo de su
personalidad, es decididamente valorable.
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