martes, 26 de febrero de 2013

Un arte para tropezar


Wilfredo Prieto. Café hecho por Di.
Galería Nogueras Blanchard. c/ Doctor Fourquet, 4.

Elena Zaccagnini Catón


¿Están los artistas latinoamericanos de moda? Actualmente en las salas del  Museo Reina Sofía encontramos una muestra dedicada a la Abstracción Geométrica en Latinoamérica, mientras que, al mismo tiempo y en el mismo centro, se expone otra titulada: Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina. Durante la semana que cada año Madrid dedica al arte contemporáneo ,en la feria principal y las ferias satélites, hemos podido ver cómo se seguía la misma línea,  pues encontrábamos una buena representación de artistas procedentes de este territorio, llamando especialmente la atención el Solo Project de ARCO, sección en la cual todos los artistas excepto uno procedían de Latinoamérica; así como el recorrido latinoamericano organizado en JUSTMAD, feria de arte emergente, en la que el comisario cubano Andrés Isaac Santana guiaba a los visitantes por las galerías pertenecientes a este contexto geográfico y cultural. No me extrañaría que algunos de los visitantes VIPs se encontrasen indispuestos al finalizar el fin de semana.

Las galerías madrileñas no podían ser menos, Nogueras Blanchard (Doctor Fourquet, 4) presenta una muestra dedicada al sonado Wilfredo Prieto (1978), artista cubano que alcanzó el estrellato a partir de su aparición en la Bienal de La Habana (2011) donde presentó su polémica obra Apolítico, enamorando a los críticos con su estilo conceptual, muy cercano al de otros artistas también latinoamericanos como Cildo Meireles o Gabriel Orozco. Confesándose adicto al ready-made, Prieto busca apropiarse del imaginario visual colectivo a partir del cual pretende recrear la cotidianidad llevando a cabo una intervención mínima en el espacio. Es sobre todo en sus últimos proyectos cuando se aprecia su interés por construir una obra sutil e invisible, que de tan ordinaria no se encuentra, perteneciente a la realidad cotidiana -Sacando al perro y comiendo mierda, Obstáculo, o Limonada con dos pares de cojones-. En ellas,  Prieto apenas interviene en el espacio, ya que no le interesa recargar al público con demasiada información sino aportarles lo justo para que ellos destruyan el discurso y lo reinterpreten según su propia opinión. Insiste en que su procedencia cubana no influye en su discurso, sino que pretende que éste sea universal, dosificando las referencias al asunto nacional y manteniéndose fiel a su propuesta poética y minimalista. Sin embargo, dudamos de su intención cuando conocemos obras como Apolítico (2011), Discurso (1999-2004) o Biblioteca Blanca (2004-2006)  en las que claramente  trata temas muy cercanos a la realidad cubana.  

Conociendo la obra de Prieto, la muestra en Nogueras Blanchard resulta cuanto menos decepcionante. En la nota de prensa, la galería anuncia a bombo y platillo, Café hecho por Di: ‘la primera exposición de dibujos de Wilfredo Prieto’, una serie de bocetos de los proyectos del artista, en los que encontramos desde sus primeras obras, pasando por las de su última producción, hasta llegar a proyectos que aún no se han llevado a cabo. Los dibujos expuestos aparecen enmarcados a modo de joyas y apelotonados en las paredes de la galería sin ningún tipo de orden aparente, alejándose de la sencillez de las instalaciones de Prieto. La muestra se construye a modo de retrospectiva, en la que los dibujos actúan como reliquias que buscan tan solo ensalzar la figura del artista, sin interesarse en explorar dentro de su obra para conseguir desentrañar los potentes mensajes que esconde, y evitando hacer hincapié en los temas que más le preocupan. La exposición resulta ajena al espectador, quien no se queda ni dos minutos dentro de la galería para observar detenidamente las obras, y que, al contrario de lo que Prieto pretende con sus instalaciones, entra en la galería igual que se va. Las palabras que Gerardo Mosquera utiliza para describir la obra de Prieto no podrían hacer menos justicia a la muestra que encontramos en Nogueras Blanchard, quizás encuentro más acertadas las palabras de Martí Peran cuando describe la obra del artista como un arte para tropezar.         

No hay comentarios:

Publicar un comentario